NADAR CONTRACORRIENTE TAMBIÉN PUEDE RESULTAR
CONTRA-REVOLUCIONARIO
El asunto a tratar no viene tan solo de 16 ó 18 meses atrás, léase de marzo o hasta de enero de 2.020, sino que deviene de muy atrás, incluso de antes de que el bienintencionado, y a la postre padre de lo "homeopatía", Christian Friedrich Samuel Hahnemann, -de 1.755 a 1.843, que fue cuando murió de neumonía, y para la que, a falta de antibioticoterapia, obviamente, no tuvo mejor "opción" que la posteriormente, y por falta absoluta de evidencia científica, archi-demostrada y científicamente denostada como y por inútil "homeopatía"-, dijera aquello de que "no hay enfermedades, sino enfermos", -reiterado, dicho sea de paso, hace ya unos 130 años, por el fisiólogo del s. XIX, y padre de la Medicina experimental, Claude Bernard. No obstante, Christian Friedrich Samuel Hahnemann, diríamos que adelantándose en años a Julius Henry Marx, -del inglés "grouch", léase "gruñón", quien, precisamente por ello, finalmente tomó o mejor dicho le otorgaron el apelativo de "Groucho"; éste, que también resultó curiosamente muerto, a los 86 años, de una neumonía, empero, entonces sí, tratada con antibioticoterapia, fue quien dijo aquello de "¡No lo despierte, tiene insomnio y quiere quitárselo durmiendo!", y en "Una noche en la ópera"-, pretendió usar tal tremenda e irrefutable verdad para justificar lo que derivó en la "homeopatía", habida cuenta de que "Éstos (dijo refiriéndose a los enfermos) se curan si toman la menor dosis posible de aquellos medicamentos que, en una persona sana, provocarían la misma enfermedad que ellos mismos padecen" (ni M. Rajoy lo mejoró mucho más recientemente…). Hoy, y con sus diluciones infinitesimales, casi logrando agua destilada, han llegado a tal esperpento que, por fin, en algunas partes la "homeopatía" ha sido sacada del ámbito de la Medicina científica, cuando no incluso prohibida.