EL TRAGICO CIRCO DE UCRANIA

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EL TRAGICO CIRCO DE UCRANIA

22/03/2022

        El ejército ruso ha invadido Ucrania. No hay ninguna duda, al menos a nivel gramatical, puesto que, según el diccionario de la RAE, invadir significa Irrumpir, entrar por la fuerza.

        Luego vendrán las consideraciones geopolíticas, militares, éticas, como la de Aleksander, voluntario ucraniano entrevistado en la 6ª, que criticaba la “Invasión injustificada” por parte de los rusos. El presidente español Sánchez también insistía en que “Estamos contra las guerras injustas e ilegales”. Su ministro de Asuntos Exteriores informa de que, tras un primer envío de armas para hacer frente a los rusos, preparan un “paquete extraordinario de ayuda de 31 millones de euros, para paliar el tremendo dolor injusto e injustificado que sufre el pueblo ucraniano”. Parece que hay invasiones y dolor injustificados y justificados, guerras injustas e ilegales, pero también justas y legales. La hipocresía de mantener que es bueno lo que yo hago, malo lo que hace el contrario, así como justo y legal lo que yo decido e injusto e ilegal lo que viene del otro lado. Matute, de EHBILDU, introduce otro término, al rechazar la invasión por imperialista.

        Putin, a su vez, dice que se trata de una “operación especial de desmilitarización y desnazificación”. Como tercer actor, entran cerca de 80.000 voluntarios en Ucrania para luchar contra los rusos, empuñando las armas que los países miembros de la OTAN les envían. TeleCinco muestra la imagen de instructores enseñando a manejar lanzacohetes antitanque PRG, suministrados por España, a voluntarios de un Batallón del Regimiento AZOV, descrito por Wikipedia como:

          “Unidad militar de extrema derecha de voluntarios neonazis de Ucrania y varios países entre los que destacan los de nacionalidad croata…”

        A pesar de la postura oficial española, otros analistas españoles, exministros, exgenerales y excoroneles, así como civiles, aun coincidiendo en que los agredidos tienen derecho a defenderse, manifiestan que también Rusia tiene derecho a hacerlo si se encuentra amenazada y encuentran entendible que, bajo el punto de vista militar o geopolítico, responda como lo hace.

        El presidente Zelenski pide más misiles tierra-aire y aviones “que los ucranianos puedan pilotar,” porque han recibido instrucción de EE UU y de Gran Bretaña. Es una pista sobre qué intereses están en el fondo de esta tragedia. Pero también “suspende de actividad” (ilegaliza, vamos) a 11 Partidos de su oposición, mientras dure la guerra…

        Las televisiones del mundo occidental, incluidas vascas, españolas y francesas, nos muestran un panorama enternecedor, con miles de ucranianos bien vestidos y niños con sus peluches huyendo de las poblaciones asediadas hacia la cercana Polonia, donde los refugiados de tez blanca y ojos azules son recibidos sin necesidad siquiera de mostrar papeles, contando con asistencia, transporte gratuito al destino que deseen y permiso de trabajo. Los de piel oscura que cruzan a nado el Bidasoa, eso ya es otra cosa.

        Las acusaciones contra los rusos se multiplican: Matan ancianos… Atacan guarderías, hospitales y escuelas… Roban en las tiendas… Son bárbaros… Ponen minas en los corredores humanitarios…Disparan a los médicos y a las mujeres embarazadas… Hoy mismo, se les acusa de bombardear una escuela de arte con 400 personas dentro, añadiéndose que “no se han registrado fallecimientos”.

        Efectivamente, es un circo difícil de entender. ¿Qué harían 400 personas en una escuela de arte, si eso fuera cierto? ¿Cómo se entendería que un bombardee o en esas circunstancias no causara ningún muerto?

        La reacción de EE UU (a través del mundo occidental) es aplicar sanciones económicas y comerciales a Rusia y enviar armas, armas, armas. La española, cerrar los medios informativos que huelen a rusófilos, además de enviar más armas. Y se dicen socialistas.

        Conocidos juristas como Juanjo Álvarez se manifiestan con rotundidad: “Putin es sátrapa (tirano, déspota, dictador, autócrata), bárbaro, energúmeno”. Coincide con Biden: “Putin es un criminal de guerra. Es un dictador asesino y un matón…”

        Gran despliegue de solidaridad en Vascongadas, auspiciado por el gobierno de Urkullu: “Si alguien tiene alguna familia o alguna vivienda donde acoger… “. Al mismo tiempo, el PNV manifiesta: “Nos ha costado mucho tomar la decisión sobre el envío de armas, pero no podemos dejar indefenso a un país que está sufriendo una agresión”. UDEL, en manos del PNV, invita a los ayuntamientos a manifestarse contra la invasión de Ucrania…

         Parece que los ucranianos que huyen de los escenarios bélicos en su país, más de 2 millones, son los únicos refugiados en el mundo. Obviando los millones que huyen de los, al menos diez, grandes conflictos armados que salpican nuestro mundo de violencia y muerte en la actualidad, a los que no se les ofrece ni papeles. Ni siquiera se mencionan los muchos miles de habitantes del Donbass que han tenido que refugiarse en Rusia huyendo de las bombas ucranianas.

        Uno de estos días, el ya citado jurista Juanjo Álvarez hacia referencia en Radio Euskadi al “derecho de integridad territorial.” Es de suponer que pretendía justificar los continuos bombardeos de las “regiones rebeldes” del Donbass por parte de los ucranianos durante los últimos ocho años, a pesar de los acuerdos de Minsk entre las partes en conflicto, firmados en 2014 y 2015, e incumplidos por las tropas ucranianas, cuyos ataques han ocasionado más de 15.000 muertos en la población “separatista”. Porque como decí a una presentadora de la 6ª, “La invasión empieza ahora, pero la guerra se inicia en 2014”.

         Parece que el uso de las armas y la violencia solo son condenables cuando las ejerce el otro. Aquello de que “ninguna idea justifica el uso de la violencia” y de que “la violencia siempre es condenable”, no son de aplicación en esta situación, porque los malos, en esta ocasión, son los rusos y los independentistas donbassianos.

         Y mirando a nuestra propia casa, a Euskal Herria, me pregunto si nosotros los vascos no sufrimos dolor, si no tenemos igual derecho a defendernos cuando nos invaden, someten y privan de nuestros derechos nacionales, así como a armarnos adecuadamente para esa defensa. Si no tenemos, como Pueblo Vasco, ese derecho a la territorialidad que se reivindica para otros, evitándonos la vergüenza de encontrarnos, no solamente privados de soberanía nacional y del derecho a autodeterminarnos, sino divididos en tres trozos y repartidos entre dos Estados, con los que no queremos sentirnos cómodos, como el PNV, sino tener una relación de igual a igual desde el nuestro propio, el Estado Vasco.

        Si no hay nadie que invite a los Ayuntamientos y Diputaciones a manifestarse contra las invasiones de Euskal Herria y sus actuales consecuencias de ocupación permanente.

         Si nosotros no tenemos nuestros propios “errefuxiatuak”, desparramados por el mundo a la espera de justicia. Y muchos defensores privados de libertad por atreverse a serlo. Para ninguno de ellos se ofrecen hoteles, ni refugios, ni hogares en Getxo o en Donostia, ni siquiera la posibilidad de regresar a sus propias casas. Es un trágico circo.

 

Berigale

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