7.- Ucrania, la guerra proxi del eje anglonorteamericano contra Rusia

   El sometimiento de Rusia para hacerse con sus recursos siempre ha sido un objetivo para las potencias occidentales, como quedó patente con su apoyo a la guerra contra la revolución bolchevique y su desdén por hacer un frente de resistencia ante la creciente amenaza de Hitler.

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7.- Ucrania, la guerra proxi del eje anglonorteamericano contra Rusia

7.- Ucrania, la guerra proxi del eje anglonorteamericano contra Rusia – Euskal Herriko Fronte AntiInperialista 

        El sometimiento de Rusia para hacerse con sus recursos siempre ha sido un objetivo para las potencias occidentales, como quedó patente con su apoyo a la guerra contra la revolución bolchevique y su desdén por hacer un frente de resistencia ante la creciente amenaza de Hitler.   

        Tras la SGM y pese a estar entre las potencias vencedoras, la URSS no fue admitida en la OTAN, organización que nacía con el pretendido propósito de preservar la paz en Europa.

         La descomposición de la URSS y la disolución del Pacto de Varsovia dispararon la carrera para la incorporación a la OTAN de los antiguos miembros del Pacto de Varsovia e incluso de algunas de las antiguas repúblicas soviéticas.

       El proceso, añadido a la provocada desmembración de la Federación Yugoslava y reiterados intentos desestabilizadores en estados cada vez más próximos a las fronteras rusas en las llamadas “revoluciones de color” fueron estrechando el cerco sobre la Federación Rusa.

        Ucrania representa el último escalón del asalto a Rusia. Para ello, se han hecho todos los esfuerzos para corromper a sus oligarquías para acercarlas a los intereses occidentales, en detrimento de las seculares relaciones económicas con Rusia. El golpe de estado del Euromaidán fue el resultado de una presión insoportable contra el gobierno de Yanukovich, que prefería mantener las relaciones comerciales con Rusia, frente a la pretensión de occidente de que el nuevo acuerdo de cooperación con la UE fuera en exclusiva.

        El golpe fue dinamizado por los sectores nacionalistas radicales que habían sido protegidos por occidente tras el final de la SGM y con la actuación violenta contra el estado de las bandas nazis. El gobierno golpista inicia una ofensiva contra la población rusófona, promulgando leyes racistas y alentando razias contra ella desatadas por las hordas nazis.

        Crimea y las repúblicas del Donbas, mayoritariamente de etnia rusa, no reconocen al nuevo gobierno: Crimea decide reintegrarse a Rusia y las repúblicas del Donbas se declaran independientes, tras lo cual, Ucrania lanza una operación de castigo, que es resistida por las milicias populares. Rusia no reconoce a las repúblicas.

        Tras sangrientos combates, se firman los acuerdos de alto el fuego de Minsk, con Francia, Alemania y Rusia como garantes: las repúblicas renuncian a la independencia y Ucrania tiene que modificar su constitución para dar amplia autonomía a las repúblicas y reconocer su identidad propia.

         Entretanto, occidente arma a Ucrania y apoya a las bandas nazis, que son integradas en el ejército ucraniano, mientras EEUU presiona a su gobierno para que no cese el hostigamiento contra las repúblicas y le anima a pedir su ingreso en la OTAN. El asedio contra el Donbas continuará sin que Ucrania cumpla los acuerdos de Minsk.

         Tras intensas campañas de hostigamiento y masivos despliegues de tropas de la OTAN en los países de su entorno, Rusia propuso, en diciembre de 2021, un plan de seguridad de gran alcance para toda  Europa, que fue ridiculizado por EEUU.

         En febrero se prepara una gran ofensiva contra el Donbas, con la acumulación del grueso de las fuerzas ucranianas; los observadores del alto el fuego de la OSCE denuncian una gran escalada en la campaña de bombardeos contra el Donbas. El 24 de febrero, Zelenski amenazó con desarrollar armas nucleares a menos que Estados Unidos armara y protegiera a Ucrania.

        Tras 8 años de guerra y más de 17.000 muertos, Rusia lanza finalmente una operación militar especial (OME) contra objetivos limitados a la desanzificación y la desmilitarización de Ucrania.

        Durante toda esta OME, Rusia ha centrado sus ataques contra objetivos militares, tratando siempre de evitar la extensión del conflicto, mientras que las fuerzas ucranianas se han distinguido por su ferocidad contra los civiles y en la comisión de crímenes de guerra bajo el signo del terror nazi contra lo que consideran como una raza inferior.

        El 25 de abril, el secretario de Defensa de EE. UU., Lloyd Austin, voló a Kiev y confirmó que el objetivo de Estados Unidos era destruir la Federación Rusa. Estados Unidos había obtenido la guerra que quería, librada por un representante estadounidense financiado y armado, un peón prescindible.

        La obstinada resistencia de Ucrania ha llevado a Rusia a reconocer finalmente a las Repúblicas del Donbas y los oblasts de Zaporiya y Jerson y su incorporación a la Federación Rusa el 30 de septiembre. La guerra es ahora contra la Federación Rusa.

        El auténtico significado de esta guerra es la lucha por la liberación final del mundo de quinientos años de yugo occidental, que reprimió a los países y civilizaciones, imponiéndoles condiciones desiguales de interacción, primero saqueándolos con su colonialismo, luego por el neocolonialismo, y después a través del imperialismo globalista de los últimos treinta años.

        Rusia no tiene opciones en esta guerra: tiene que ganar, puesto que cualquier acuerdo de paz sería utilizado por el occidente colectivo para reagrupar fuerzas y desplegar cualesquiera otros recursos para acabar a medio plazo con el único ejército en el mundo con capacidad de confrontarlos.

        Si el conflicto no llega a una guerra nuclear total, no deberíamos considerar las próximas décadas como una época de peligroso caos como se asegura desde Occidente. Llevamos demasiado tiempo viviendo en esas condiciones. Los países de la mayoría mundial, y también los países occidentales, pueden vivir bastante felices en este mundo. Occidente simplemente perderá la oportunidad de saquear al resto del mundo, tendrá que encogerse un poco y vivir dentro de sus posibilidades.

 

Coordinadora Estatal Contra la OTAN y las Bases

Euskal Herriko Fronte Anti Inperialista

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