DE LA ALIENACIÓN A LA IDENTIDAD en K. MARX (Parte-1/3)

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“nosotros con nosotros mismos”

                           (sobre la razón dialéctica de la Identidad)                   

 

DE LA ALIENACIÓN A LA IDENTIDAD en  K. MARX

   (Los manuscritos de Paris)

(Parte-1/3)

               ¿Qué motivación inicial fue la que en el pensamiento de K.Marx inició la arquitectura del movimiento social más poderoso de la edad contemporánea?

               ¿Cuál es la causa de la pérdida de identidad humana en la sociedad contemporánea?

               Frente al sinsentido en la actitud de pasiva interpretación del mundo alienado ¿Cuál es el fundamento ético para construir el mundo de la libertad?

               ¿Existe una concepción de la identidad humana (personas y colectivos) en su complejidad de componentes económicos, culturales, ideológicos, afectivos…?

               ¿Cómo puede el sujeto enajenado reconquistar la identidad?

               ¿Qué supone el salto dialéctico entre la realidad que es y la que aún no es?

               ¿Qué ha supuesto el cambiazo de la realidad por la “idea de realidad”?

               ¿Qué lugar tiene la identidad en el pensamiento marxista?

                         “¿En qué consiste, pues, la enajenación del trabajo? Ante todo, en que el trabajo es algo exterior al trabajador, es decir, algo que no forma parte de su identidad; en que el trabajador, por tanto, no se afirma en su trabajo, sino que se niega en él, no se siente feliz, sino desgraciado, no desarrolla al trabajar sus libres energías físicas y espirituales, sino que, por el contrario, mortifica su cuerpo y arruina su espíritu.” 

                                                                                                   K.Marx   

                                                                                            

                                                                                                                                          

 

  • Durante su estancia en París, Karl Marx (1818-1883) se dedicó al estudio sistemático de la economía política, tomando nota de largos pasajes de los libros que analizaba y haciendo observaciones, en ciertos casos, muy desarrolladas. Como fruto de estos estudios, entre marzo y agosto de 1844, redactó tres manuscritos que constituyen el borrador inconcluso de una obra que jamás llegó a publicar y que conocemos desde que se publicó íntegramente por primera vez, en 1932, como Manuscritos económicos-filosóficos de 1844. Acababa de publicar en los “Anales Franco-Alemanes” su “Introducción a la Crítica de la filosofía del derecho de Hegel”. Es cuando por primera vez se expone, una teoría de la revolución en la que el proletariado desempeñaba un papel fundamental.

 

  • Los Manuscritos suponen el inicio de una actitud nueva que interrelaciona; filosofía, economía y sociología del análisis teórico, con la realidad material de la humanidad. son el resultado de un proceso dialéctico entre teoría y práctica, superando la incapacidad de las ciencias académicas (economía, sociología, filosofía…) para asumir la realidad humana y la realización de su identidad. Marx destapa la contradicción de una realidad económica que destruye la identidad humana sometiéndola a la supremacía de las cosas, cuando la creación de riqueza (proceso de producción) supone el empobrecimiento integral del trabajador. Es la inversión entre el sujeto y el objeto. Más tarde en “el Capital” (1867) desarrollará el fetichismo de la mercancía.                  

 

  • El “joven Marx” (tenía 26 años) se propone explicar esta contradicción recurriendo a la enajenación de la identidad humana a través de una revisión dialéctica de la economía. “El velo que tapa la identidad humana es una economía que reduce la realidad del ser humano a mercancia en el proceso de producción”. La clave de esta explicación es la categoría central de enajenación, que será el eje fundamental de su reflexión en los Manuscritos.

  • Enajenación es la pérdida de lo propio, su identidad, lo que tiene de específico, y que diferencia al humano del resto del mundo material. Marx encuentra el desarrollo de la identidad humana en el trabajo como actividad libre y creadora que le permite al hombre interactuar con la naturaleza.

 

  • Pero el trabajo en el capitalismo está completamente enajenado, le pertenece a otro. Es decir, el trabajo humano genera un producto que se vuelve en contra del trabajador, se independiza y se vuelve hostil. “La actividad vital consciente distingue al hombre directamente de la actividad vital de los animales…El trabajo enajenado invierte la relación, haciendo que el hombre, precisamente porque es un ser consciente, convierta su actividad vital, su IDENTIDAD, simplemente en un medio para su EXISTENCIA”.

 

  • El concepto de ENAJENACIÓN Marx lo toma directamente de Hegel y Feuerbach, que son los primeros que lo emplean en un sentido filosófico. No es en los “Manuscritos de 1844” la primera vez que Marx recurre a esta categoría. Ya la había utilizado en la “Crítica de la filosofía del derecho de Hegel” donde considera al Estado moderno como una forma de enajenación frente al hombre; y en su artículo “Sobre la cuestión judía” referente al poder del dinero sobre la humanidad,

 

  • En el Contrato social de Rousseau, bien conocido por el joven Marx; Rousseau considera que, para asegurar la armonía y cooperación entre los miembros de la sociedad existente, el individuo debe ceder o delegar su libertad, es decir enajenarla. Los utópicos y entre ellos muchos pesimistas de la inteligencia; se vienen preguntando ¿Puede existir una sociedad de mujeres y hombres no enajenados? ¿Es posible la patria de la libertad?

 

  • La filosofía hegeliana conduce dialécticamente a un idealismo absoluto al margen de tiempo y espacio (metafísica), considera que todo (la naturaleza, la historia, etc.) es Idea que se mueve en un proceso progresivo, a través del autoconocimiento, hacia la Idea absoluta. Para alcanzar este conocimiento, el espíritu recorre un camino en el que se separa de sí mismo, se vuelve otro, es decir construye objetos, que en un momento inicial considera ajenos pero que, al final del recorrido percibe como propia identidad (idea). De esta forma el sujeto se hace objeto, se identifica con su objeto, la Idea absoluta. La enajenación es necesaria para que el Espíritu pueda conocerse a sí mismo y realizarse como tal. En resumen la enajenación Hegeliana está en el sujeto que anula su identidad (ontológica = física) disolviéndose en la IDEA (lógica), categoría metafísica (ajena al tiempo y espacio) fundamental.

                   

  • Feuerbach –discípulo de Hegel- centraliza el concepto de enajenación en la crítica de la religión, y en la crítica del idealismo hegeliano. Feuerbach coloca como verdadero sujeto al hombre real y sensible, y no al Espíritu de Hegel. El hombre enajena su esencia transfiriéndola a dios (que es un producto de su conciencia). El hombre se somete a su construcción. Esta enajenación que Feuerbach identifica con religión supone la pérdida de la identidad humana y dios es la proyección idealizada de esta esencia. La superación de la enajenación religiosa ocurre cuando el hombre toma conciencia de sí mismo. De la misma manera, Feuerbach ve que el idealismo atribuye vida propia e independiente a un producto humano que se convierte en un ser absoluto, convirtiendo en sujeto (la Idea, el Espíritu) lo que en realidad es objeto. Feuerbach define la religión como “opio del pueblo”.

 

Jon kerejeta EHK (04-04-2010)

 

 

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