CHE, LA NECESIDAD DE TU EJEMPLO

CHE, LA NECESIDAD DE TU EJEMPLO

A 52 años de tu asesinato, Che, comandante, ejemplo, te escribimos desde nuestro pueblo, Euskal Herria, que ve cómo se va disipando en otros pueblos en lucha, la imagen que durante décadas ha ostentado, de un pueblo que ha pasado de amar la humildad, la sencillez y los necesarios silencios de pueblo originario, a la hegemonía de un estilo basado en la superficialidad, la apariencia y los chistes fáciles.

Che, luchador incansable. Te escribimos desde un pueblo trabajador que inconscientemente, disfruta los beneficios que proporciona el capital que las transnacionales, que tienen aquí sus sedes, explotan y saquean a personas y territorios. Un lugar, en el que la mayoría, de momento, ha decidido convivir pacíficamente con estas multinacionales.

Y creemos, amado Che, que tenemos necesidad de tu ejemplo, ya que, en nuestro ámbito de lucha, la autocrítica ha dejado de ser instrumento, y el seguimiento acrítico se ha convertido en ley.

Criticaste tu falta de preparación, y eso te llevó, después de tus responsabilidades diarias, a largas noches de estudio de geopolítica, matemáticas y economía, hasta convertir las cuatro horas de sueño en una costumbre. Autocriticaste tu clase social, y dejando a un lado todas las comodidades, diste tu último aliento en Bolivia, calzado con unas sandalias hechas por ti, vestido en harapos, débil, pero digno. Grande, eterno.

Y mira por dónde, en este momento en el que el postmodernismo se apropia de nuestra izquierda, hace justo un año, una política famosa sembraba la duda sobre ti, caracterizándote como un abusador y acosador de mujeres, sin ninguna prueba tangible, como ella misma declararía posteriormente.

Ha sido penoso, doloroso, reaccionario, irresponsable. Con el mismo pulso ideológico con el que se condenaban a las brujas a la hoguera, desde el rumor .Pulso que invalida la necesaria rigurosidad sobre los abusos sexuales en todo lugar, siempre a denunciar, independiente del nivel de compromiso político del agresor.

De esta manera, Che, poniendo en tela de juicio tu ejemplo, que, en momentos de zozobra, es de los más efectivos y necesarios, para interiorizar y entender que la revolución nunca deja de ser posible.

Somos conscientes de que, por ser revolucionario precisamente, también tenías tus contradicciones. Pero es incomprensible entender semejante acusación, si no es bajo el manto ideológico del impulso atrevido de la relatividad postmoderna, que está siendo hegemónica en estas tierras.

Y tenemos claro, también, que esto se enmarca dentro de la deformación que padece el proyecto revolucionario en Euskal Herria.

“Que fácil es trascender de forma original, en un amable festín se suele ver combatir. Si fácil es abusar más fácil es condenar, y hacer papeles para la historia para que te haga un lugar, que fácil es escribir algo, siempre al alcance de la vidriera y el comedor...”

Y sí, Comandante, hoy vemos muy necesario, el ejemplo que diste. En la necesidad de militantes que sean capaces de dejar sus privilegios, sus pertenencias materiales para reivindicar e intentar construir una sociedad justa, un pueblo libre, socialista, antipatriarcal, ecologista, obrero y campesino, euskaldun.

Un pueblo que esté presente en la calle demostrando coherencia con el discurso institucional, brazo a brazo, codo a codo, con migrantes, trabajadores y trabajadoras precarizadas, mujeres, en defensa de los y las presas políticas, con las mujeres y hombres que quieren vivir y soñar en euskera, en defensa de los derechos lingüísticos y culturales, defendiendo a la Madre Tierra para volver a ella, denunciando y combatiendo a las transnacionales de la muerte. En unidad, con la palabra y la acción. Che rebelde, siguiendo tus pasos.

Aceptando que, si la lucha es sincera, podría tocarnos la cárcel, se luche de una manera o de otra. Militancia que asuma al enemigo en su esencia represiva. Che, subversivo.

No cejar en el empeño de conformar una militancia que en una situación de confort y sosiego sea capaz de enfrentar al enemigo abrazando el internacionalismo, con dignidad, siguiendo tu camino, Che, comandante. Y que aun cuando predominen la apatía y la desorientación, seamos capaz de volver atrás, como hace poco hizo parte de la militancia de las FARC, en una decisión difícil, pero tan sincera. Como siendo muchos tú, Che, implacable, generoso.

Querido Che, esta nueva casta de expertos en discursos, dicen que la tuya es una épica superada, que ya no sirve tu ejemplo. No interesa trabajar desde abajo, desde la calle, en autodefensa, sembrando rebeldía.

Por el contrario, hoy está de moda abrazar a la burguesía, no salirse de las leyes de juego que marca el capitalismo y no inquietar demasiado al enemigo. Y vemos, con asombro, que se organizan escudos humanos para defender a los bancos de los posibles daños que puedan sufrir en movilizaciones, Che, obrero.

Miles de hojas blancas que se llenan de palabras hasta el hartazgo, para que todo acabe en una “performance” aparentemente reivindicativa.

Sin embargo, no todo está perdido. Che, ejemplo. Hay mujeres y hombres dispuestas a organizarse para recorrer tu camino, el mismo de Alba, Pakito, Tania, Txikia... Asumiendo errores, con autocritica, forjando la revolución diaria y futura, con los pies en el suelo y mirando al cielo.

Que sea para ti, Che inmortal, la vivencia militante que nos proyecte victoriosos en nuestro territorio, hacia la victoria diaria y futura del pueblo trabajador vasco, de los pueblos, de las personas, las de abajo, que aquí vivimos.

 

En tu ejemplo, Che, comandante.

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