¿Mellizos o gemelos?

Imprimir

¿MELLIZOS O GEMELOS?

         Es decir, parecidos o exactamente iguales. Me refiero a la similitud en la praxis política, entre las dos principales fuerzas políticas de Euskal Herria, PNV y EHBILDU. Durante este último año determinada prensa y los políticos que coinciden con ella, no han tenido reparos en calificar reiteradamente de “derechas” (cosa que antes evitaban) al primero de ellos, sin distinguir demasiado entre la línea política de sus órganos de dirección y la ideología o posicionamiento social de sus votantes de siempre, entre los que a mi entender prima más su sentimiento nacionalista, vasquista, que una escora ideológica hacia posiciones derechosas.

         Respecto a EHBILDU, ellos se autocalifican de izquierdas, la “Izquierda Abertzale Oficial” (IAO) y de abertzales, es decir, nacionalistas. Con lo de Oficial me refiero a que son los legalizados, los reconocidos por el Estado español, los llamados a ocupar el hueco de aquella Herri Batasuna defenestrada por los tribunales españoles por no decir en sus estatutos las cosas que SORTU ha tenido el valor de reflejar en los suyos, adecuándose al inaudito giro de 180 grados al que le sometió su dirección, ese radical cambio de rumbo que miles de sus actuales seguidores siguen sin entender que significa ir precisamente en contra de lo que anhelaban y de lo que apoyaban aquellos “alegres y combativos” que les precedieron. Al principio de su nueva andadura se autodenominaban “coalición independentista”, mas pronto el adjetivo pasó a convertirse, cada vez con más frecuencia, en “coalición soberanista”, como hace el PNV, reflejo claro de ese nefasto cambio de rumbo. Eso sí, apareció el eslogan machacón de “por el bienestar de la gente”, “lo que quiera la gente” y vaguedades “progres” por el estilo. Pero hay que reconocerle a esta coalición el esfuerzo de mantener el difícil equilibrio que supone aglutinar a fuerzas tan ideológicamente dispares en su seno, algunos no muy izquierdosos, otros no muy independentistas y otros enemigos acérrimos de antiguos combatientes, tanto como los de la extinta ARALAR, que se disolvió en cuanto alcanzaron su objetivo de acabar con el MLNV, aunque algunos de sus militantes sigan ocupando cargos importantes en el mundo institucional madrileño en que ahora se refugian.

         Pero ¿qué es lo que ha movido a algunos a considerar a EHBILDU como un PNV-bis, al margen de sus características ideológicas? Pues posiblemente la práctica política, institucional, de ambos. El PNV tiene una historia política complicada, desde cuando su fundador, Sabino Arana, se tuvo que enfrentar al primer intento de cambio de rumbo de su partido, el PNV, a los solo siete años de su fundación, amenazando a su “sector moderado” con crear otro partido para ellos que les diera cabida, al que denominó “Liga de Vascos Españolistas”. Otros siete años más tarde, en 1909 y con Sabino ya fallecido, aquel “sector moderado” dio un brusco giro, convirtiéndose en el PNLV (Partido Nacionalista Liberal Vasco), que años más tarde volvería a llamarse PNV. El 17 de Diciembre de 1920 declaraban en su diario Euzkadi que “no somos separatistas y deseamos la unión de España en la forma tradicional” y cuando años más tarde llegó la Transición Política del franquismo, ese “sector moderado” del PNV optó por “buscar un encaje en el Estado español” reduciendo a Euskal Herria, a la Euskadi sabiniana de los siete territorios, a una triste CAV española, al ámbito de las antiguas Provincias Vascongadas, pues era donde tenían mayoría política y por tanto podían detentar el poder, puesto que si en el ente autonómico hubiera entrado la Nafarroa peninsular, el PSE-PSOE hubiera impuesto su mayoría de votos, haciéndose con el codiciado poder político-económico. Todo ese largo y triste ciclo histórico de lucha interna entre independentistas sabinianos y “sector moderado” quedó claramente patente con la declaración pública del Presidente del partido, Sr. Ortuzar, el 6 de Junio de 2023: ”Hay que abrir el melón del encaje nacional de Euskadi y Cataluña en ese nuevo marco estatal”; en el estado español, claro, reafirmándose el papel del PNV en Madrid, apoyando a quien tuviera el poder, del signo que fuera, mientras clamabann por la “lealtad bilateral”, la “cogobernanza compartida” y toda esa serie de expresiones huecas.

         El Sr. Otegi y su equipo (Pernando Barrena, etc.) habían comenzado, por su parte, a reunirse a escondidas de su formación, en el año 2000, en el caserío Txilllaurre de Elgoibar, con representantes del PSOE, tres años antes de que Herri Batasuna fuera definitivamente ilegalizada por los tribunales españoles, ilegalización que privaría a mucho políticos de sus confortables puestos institucionales. Por aquellas reuniones secretas pasaron Egiguren, Ares, Pastor, Lopez, etc, bajo el control remoto de Rubalcaba; el primero de ellos, Presidente del PSE-PSOE, aseguró que “Otegi consiguió que la Izquierda Abertzale replanteara su conducta”. ETA, también, desapareció, sin negociarse siquiera los indultos que Zapatero estaba estudiando para sus militantes a cambio del cese de su actividad armada. La praxis política de la coalición que surgió años más tarde, EHBILDU, le ha llevado también a Madrid, como al PNV, para apoyar al Gobierno del PSOE, bajo la premisa de “evitar que en España gobierne la derecha”. La portavoz de la coalición en el Parlamento de Gasteiz, Sra. Kortajarena, proponía recientemente “Establecer otro tipo de relación con el Estado (el español, claro). Una relación entre iguales”. Parece copiado del PNV.

         ¿Cómo se puede entender que tanta gente, indudablemente abertzales, de sentimiento vasco, tanto del PNV como de EHBILDU, den como buena la práctica política de sus formaciones, tan alejada de lo que podía esperarse atendiendo a sus orígenes ideológicos independentistas ? El mismo Sr. Urkullu acusaba a estos últimos, en una reciente sesión de su Parlamento, de” renunciar a sus ideas para conseguir…” ¿Tendrá esta vez razón? Quizás podamos encontrar una cierta explicación observando lo que ha ocurrido en Galiza, donde siempre ha gobernado la derecha españolista, con mayor implantación entre votantes mayores y en zonas rurales. Comentan los politólogos que no es que los gallegos sean de derechas, sino que son simplemente conservadores, no les gustan los cambios y que además el PP tiene montada una gran red clientelar, lo que se refleja en ayudas,subvenciones y contratos para sus seguidores, con el consiguiente control social que esto les confiere. Pero esto no explicaría el comportamiento de los seguidores de EHBILDU, que no han tenido el poder en sus manos, salvo un corto período en la Diputación de Gipuzkoa y en ayuntamientos. ¿Se tratará de ausencia o escasez de sentido crítico, excesivo seguidismo o desorientación política sin más?

         Pero volviendo al tema central, ambas formaciones políticas coinciden también en tomar como referente al Estado español, en vez de a uno propio, independiente. Y en su misión en Madrid, como apoyadores de quienes nos impiden con sus leyes, tribunales, policía, ejército, 155, recuperar nuestra independencia después de habérnosla arrebatado por las armas. ¿Copiadores los unos de las tácticas que a los otros les han ido tan bien para obtener votos y mantenerse en el poder? La reciente propuesta de los líderes de EHBILDU al PNV para gobernar juntos en Gasteiz, esa que le ha dejado perplejo hasta al experimentado Aitor Esteban, también a mí me ha desorientado. Por si cupiese alguna duda, el candidato a lehendakari de EHBILDU Pello Otxandiano acaba de publicar un extenso documento, que no es momento ahora de analizar. Pero si entresacar que no hablan en absoluto de independencia ni de socialismo, ni de integridad territorial o de Iparralde, sino de “Gobernanza cooperativa” y de “bilateralidad efectiva de tipo confederal con el Estado español”. Igualito que el PNV. Más claro, ni el agua: GEMELOS MONOCIGÓTICOS

Begirale

Imprimir

MAS LEIDOS

ULTIMOS ARTICULOS. Iritziak