TODO POR LOS PRESOS, PERO QUE SIGAN PRESOS

  Pero con el cambio de rumbo del trasatlántico de la Izquierda Abertzale, como lo calificó Arnaldo Otegi, con aquel brusco giro de 180 grados, vino la defenestración de las Gestoras y el surgimiento de otros organismos como SARE, que siguen actuando en el entorno de los presos, pero que no han mantenido sus reivindicaciones.

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TODO POR LOS PRESOS, PERO QUE SIGAN PRESOS

          Convivimos durante muchos años con aquellas organizaciones, como las Gestoras Pro Amnistía, que pretendían la libertad, la excarcelación, para los presos de ETA. Sabían que, con su puesta en libertad, cesarían automáticamente las inhumanas condiciones de aislamiento, los perennes primeros grados, las dispersiones y el alejamiento de sus entornos familiares. La Amnistía, el Indulto o la forma que tuviese, acabarían con todas esas circunstancias agravantes de la falta de libertad. ¡Presoak kalera, Amnistia osoa! era el grito que más se profería en aquellas manifestaciones, tantas veces reprimidas, porque era lo que la ciudadanía vasca quería: los presos de ETA libres, en su casa, en la calle. Supongo que algo tenía que ver esa petición con la aceptación de la legitimidad de su lucha o de sus objetivos.

          Pero con el cambio de rumbo del trasatlántico de la Izquierda Abertzale, como lo calificó Arnaldo Otegi, con aquel brusco giro de 180 grados, vino la defenestración de las Gestoras y el surgimiento de otros organismos como SARE, que siguen actuando en el entorno de los presos, pero que no han mantenido sus reivindicaciones. Para éstos, los presos de ETA, con sus derechos de preso, pero en libertad, no. Ya la disfrutarán cuando cumplan las largas condenas impuestas por los Tribunales españoles y franceses, tras pasar por las detenciones, malos tratos y torturas no poco frecuentes; eso, si antes no han fallecido o se han suicidado en prisión. Por eso nunca reivindican la amnistía.

          Esta actual postura de aceptación del mantenimiento de la situación de prisión, implica la aceptación de la legitimidad de las detenciones, de los tratos aplicados y de las penas impuestas. Los lemas actuales son engañosos, pues mientras se acepta y considera legítimo el mantenimiento en prisión de los militantes detenidos, negándose a pedir la Amnistía para ellos, se establecen eslóganes como “Etxera” (a casa), “Bidea gara” (somos el camino), “Izan Bidea” (ser el camino), y subterfugios por el estilo, que le dan la impresión a la gente de que se trata de lo mismo que antes.

          Pero resultaba muy descarado el abandono repentino de las anteriores reivindicaciones y se sustituyeron por mostrar conmiseración por las condiciones de encarcelamiento, los aislamientos, los eternos primeros grados y sobre todo, por la vengativa política de dispersión y alejamiento que resultaban tan onerosos (RAE: Ocasionan un gran gasto o resultan molestos) para los familiares de los reclusos. En consecuencia, toda la actuación de SARE y Cía. se centró en pedir al Estado que mejorara, cumpliendo con sus propias leyes, las condiciones carcelarias. Que se les tratara bien en las prisiones y que se les acercara a sus lugares de origen, facilitando así las visitas a los familiares, al tiempo que se pedía a los presos que aceptaran su situación y se convirtieran en presos comunes.

 

          Y las movilizaciones respecto a los presos se han convertido, evitando confrontaciones y actuaciones que pudieran parecer combativas, de lucha, de presión, en actuaciones festivas. Y aquí viene la convocatoria de la última, para el día de hoy, en Donostia. El lema elegido es “Etxera bidea gertu” (El camino a casa cerca). Estamos como siempre: ¿”Camino a casa”, si no pides la excarcelación, la Amnistía? . “Hay que acabar con la política de alejamiento, de dispersión”; y con la prisión, ¿no?. Dicen que “estamos a las puertas”; ¿a las puertas de qué?.

          NAIZ apoya con todos sus medios informativos esta convocatoria. Dice también que estamos “A las puertas de lo que puede ser el fin de la política de excepción en la prisión, de la dispersión, que ha durado 35 años”. Efectivamente, la vieja reivindicación de los presos de ETA para que se reconozca su condición de presos políticos, ha sucumbido. El objetivo de los nuevos tiempos es que se conviertan, sin más, en presos comunes.


          “Parece que se está acabando la política de dispersión y alejamiento de los presos vascos”, repiten una y otra vez. “Podríamos estar a las puertas de terminar…”, “A pesar de que la situación ha mejorado mucho en los últimos años, aún persisten los alejamientos”. “Los partidarios de los derechos de los presos piden el final de esas políticas y pasos para acelerar el camino a casa”. De Amnistía, de libertad, nada de nada. “El que la hace la paga”. Quizá eso tenga que ver con aquel Art. 3 de los Estatutos de SORTU, que dice:

 

          NAIZ ha producido también un vídeo, al que titula “Amaiera” (el final). En él se recogen los testimonios de cuatro personas, la hija de un preso actual, un preso cuyo hermano falleció en accidente cuando regresaba de visitarle, otro preso que pasó casi 30 años en la cárcel y un miembro de SARE. Todos los testimonios de los entrevistados en el vídeo giran en torno a lo mismo: Las incomodidades de los viajes de los familiares, los accidentes y los muertos en los viajes, las molestias durante los 19 años de visita al padre…Todo, en torno a los problemas ocasionados por la dispersión y el alejamiento. Cuando estén todos los presos cumpliendo sus condenas en cárceles de sus “Comunidades” respectivas, todo esto se habrá solucionado. ¿Y qué pasa con la libertad de todos ellos, con su excarcelación? No he oído en todo el vídeo una sola exigencia de puesta en libertad para los presos, ni siquiera la de esa hija, que se queja de las molestias de los viajes, pero que no reivindica la libertad para su padre. Tampoco ninguna referencia a tantos y tantos presos que han cumplido íntegramente sus largas condenas en primer grado, algunos en régimen de aislamiento. Alguno continuaba encarcelado con 76 años, otros a casa con más de 30 años de condena cumplida. Aún quedan 180 militantes de ETA en prisión, 35 de ellos “alejados”, además de 24 refugiados y 8 deportados. Pero eso no parece importar…

 

          Respecto a esa macrofiesta que se convoca en Donostia, 16 participantes muy conocidos, grupos, cantautores, payasos, bertsolaris y mucha música electrónica. Fiesta asegurada hasta la madrugada. El PNV apoya estas cosas, pero no manda a nadie a la movilización. EHBILDU también apoya la convocatoria de SARE, organizando autobuses y haciendo un llamamiento a sus entornos. Parece que de aquél “alegres y combativos “de los tiempos de Herri Batasuna, hemos devenido al escuetamente “alegres” de los nuevos tiempos. Aquel potente grito de ¡Presoak etxera, amnistia osoa! se ha convertido, según se oía en la ETB, en un lacónico !Presoak, etxera!. Lo de Amnistía…

          ¡Lástima!.

          Siempre he pensado que la mayor parte de la gente que acudía a estas convocatorias lo hacía con su mejor voluntad, queriendo aportar algo a la lucha por nuestros presos y que lo de ahora es una continuación de lo de antes. Sigo pensando lo primero, pero es indudable que lo de ahora es muy diferente, porque para determinados estamentos políticos ha cambiado radicalmente el significado y el papel de los presos. Creo que estos también les sobran y estorban.

 

Begirale

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