RUSIA CHINA Y LA OTAN (Parte 1/2)

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RUSIA CHINA Y LA OTAN (Parte 1/2)

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          Rusia y China acaban de exigir por escrito a Estados Unidos que respete la Carta de las ‎Naciones Unidas y los compromisos que ha contraído. Esta exigencia, desprovista de ‎toda forma de agresividad, pone en tela de juicio no sólo el funcionamiento de ‎la ONU, de la OTAN y de la Unión Europea sino casi todas las prerrogativas que ‎Estados Unidos se había arrogado desde la disolución de la URSS, lo cual la hace ‎inaceptable para Washington. Pero la superpotencia estadounidense ya no es la de ‎antes y tendrá que resignarse al repliegue.

‎          El mundo actual se halla bajo la dirección de los Estados Unidos de América y de la OTAN, que ‎se presentan a sí mismos como las únicas potencias globales, olvidando que la Federación Rusa y ‎la República Popular China se han vuelto más poderosas que ellos, tanto en el plano económico ‎como en el campo militar. ‎

          El 17 de diciembre de 2021, Moscú hizo público un borrador del Tratado Bilateral que propone a ‎Washington, documento que contiene una serie de garantías fundamentales para la paz . También publicó un borrador del acuerdo que permitiría ‎poner en aplicación el documento anterior . Estos documentos no están dirigidos contra Estados Unidos. Sólo apuntan a hacer ‎que Estados Unidos se atenga al contenido de la Carta de la ONU y que respete sus propios ‎compromisos. ‎

          El 23 de diciembre, durante la conferencia de prensa anual del presidente ruso Vladimir Putin, una ‎pregunta de la periodista Diana Magnay, de Sky News, suscitó gran conmoción. El presidente ‎Putin le contestó secamente que las observaciones de Moscú sobre el comportamiento de ‎Estados Unidos datan de 1990 y que Washington no sólo las ignoró sino que además ha ‎persistido desde entonces en ir cada vez más lejos en ese comportamiento. Subrayó ‎seguidamente que en este momento, la OTAN está a punto de desplegar su armamento ‎en Ucrania, lo cual sería inaceptable para Rusia . ‎Es muy importante resaltar que ningún dirigente ruso se había expresado así anteriormente. Y ‎también es importante entender que instalar misiles a 4 minutos de Moscú plantea una amenaza ‎tan extrema que puede llevar a la guerra. ‎

          El 30 de diciembre, los presidentes Joe Biden y Vladimir Putin sostuvieron una conversación ‎telefónica. La parte estadounidense emitió ciertas proposiciones para resolver la cuestión ‎ucraniana mientas que la parte rusa dirigió nuevamente la discusión hacia las violaciones de la ‎Carta de la ONU cometidas por Estados Unidos y sobre el hecho que ese país viola ‎constantemente su palabra. ‎

          Estados Unidos pretende mostrar su buena fe no incorporando Ucrania a la OTAN. Pero esa manera ‎de abordar la situación responde sólo en parte al problema planteado y ‎no permitiría evitar la guerra si no se acompaña de una retirada militar. ‎

          Es evidente que estamos entrando en un periodo de enfrentamiento extremo que se prolongará ‎por años y que puede llevar a una guerra mundial. ‎

‎          1- LA EXTENSIÓN DE LA OTAN HACIA LAS FRONTERAS DE RUSIA

          Durante la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos permitió deliberadamente que la ‎Unión Soviética tuviera que cargar con la mayor parte del esfuerzo. En la Segunda Guerra ‎Mundial murieron entre 22 y 27 millones de soviéticos (un 13 o 16% de la población de ‎la URSS) frente a 418 000 muertos estadounidenses (0,32% de la población de Estados Unidos). ‎

          Al término de aquella carnicería, Estados Unidos creó una alianza militar en Europa occidental. ‎La URSS respondió con la creación del Pacto de Varsovia. ‎

          Rápidamente, la OTAN resultó ser más bien una federación que viola el principio de soberanía de ‎los Estados enunciado en el artículo 2 de la Carta de la ONU, algo que varios países del ‎Tercer Mundo denunciaron públicamente en 1955 en la Conferencia de Bandung. En definitiva, la URSS acabó ‎violando también la Carta de la ONU con la adopción de la doctrina Brezhnev, en 1968, y su ‎imposición a los miembros del Pacto de Varsovia.

          Con la disolución de la URSS, algunos Estados ‎ex soviéticos crearon una nueva alianza militar –el Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC, siglas ‎correspondientes a Organización del Tratado de Seguridad Colectiva)– y decidieron abordarla ‎como una confederación que se atiene al respeto de la Carta de la ONU. ‎

          Llegados a este punto es importante aclarar la diferencia entre una “federación” y una ‎‎“confederación”. Por ejemplo, durante la Guerra de Secesión en Estados Unidos, los nordistas ‎formaron una “federación” ya que la autoridad del gobierno central, en Washington, se imponía a todos ‎los Estados. Los Estados del sur, al contrario, formaron una confederación ya que cada Estado ‎seguía siendo soberano. ‎

          En 1989, a raíz de la caída del muro de Berlín, los alemanes quisieron reunificar su nación en un ‎solo país. Pero eso significaba extender la OTAN al territorio de la República Democrática ‎Alemana (RDA). Inicialmente, los sovieticos se opusieron. Se planteó entonces una reunificación ‎alemana que mantendría el territorio de la RDA como un espacio neutro. Pero Mijail Gorbatchov acabó aceptando la extensión de la OTAN mediante la ‎reunificación alemana, con la condición de que la OTAN no tratara de extenderse hacia el este. ‎

          El canciller de la RFA, Helmut Kohl; su ministro de Exteriores, Hans-Dietrich Genscher; y el ‎entonces presidente de Francia, Francois Mitterrand, apoyaron la posición de Moscú: la OTAN ‎debía comprometerse a no seguir extendiéndose hacia el este. ‎

          Del otro lado del Atlántico, el presidente George Bush padre y su secretario de Estado, James ‎Baker, emitieron numerosas declaraciones públicas y aceptaron compromisos en ese sentido ante todos sus ‎interlocutores.‎

          En cuanto se disolvió la URSS, 3 países neutrales –Austria, Finlandia y Suecia– se convirtieron en ‎miembros de la Unión Europea. La Unión Europea y la OTAN son una sola entidad –la UE es el ‎ala civil y la OTAN es la militar– y las dos tienen su sede en Bruselas. Según el Tratado ‎sobre la Unión Europea, modificado por el Tratado de Lisboa (artículo 42, párrafo 7), la OTAN ‎asume la defensa de la Unión Europea, independientemente de que todos los miembros de la UE ‎sean o no miembros del bloque atlántico. De hecho, aquellos países “neutrales” dejaron de serlo ‎al convertirse en miembros de la Unión Europea. ‎

          En 1993, el Consejo Europeo reunido en Copenhague anunció que los países del centro y del este ‎de Europa podrían incorporarse a la Unión Europea. A partir de entonces, los ex miembros del ‎bloque soviético emprendieron el proceso de incorporación a la OTAN, sin más obstáculo que las ‎tradicionales observaciones provenientes de Rusia. ‎

          Pero en los años 1990, Rusia era sólo la sombra de sí misma. Sus riquezas fueron sometidas al ‎saqueo de 90 individuos que se dio en llamar los «oligarcas». El nivel de vida de los rusos ‎se derrumbó y su esperanza de vida disminuyó en 20 años. En ese contexto, nadie prestaba ‎atención a lo que decía Moscú. ‎

          En 1997, la cumbre de la OTAN reunida en Madrid exhortó los ex miembros del bloque soviético ‎a unirse al Tratado del Atlántico Norte. En 1990, la extensión de la OTAN sobre el territorio de la ‎ex RDA se había pactado con Moscú. Pero cuando la República Checa, Hungría y Polonia ‎se convirtieron en miembros de la OTAN (en 1999), Estados Unidos estaba violando la ‎palabra que había dado a Moscú. ‎

          Estados Unidos volvió a romper su promesa en 2004, cuando Bulgaria, Estonia, Letonia, ‎Lituania, Rumania, Eslovaquia y Eslovenia también se convirtieron en miembros de la OTAN. ‎Estados Unidos tampoco respetó su palabra en 2009, así que Albania y Croacia también pasaron ‎a ser miembros de la OTAN. Lo mismo sucedió en 2017, con la incorporación de Montenegro, y ‎en 2020, con Macedonia del Norte. ‎

          Ahora resulta que Ucrania y Georgia también podrían convertirse próximamente en miembros de ‎la OTAN mientras que Suecia y Finlandia podrían renunciar a la “neutralidad” –que ya es sólo ‎teórica– para integrarse abiertamente a las filas de la alianza atlántica. ‎

          Lo que era inaceptable en 1990 sigue siendo inaceptable hoy en día. Es inconcebible que ‎la OTAN emplace misiles a sólo minutos de vuelo de Moscú. Es la misma situación que ya se vio ‎en 1962. Estados Unidos desplegó misiles a las puertas de la URSS, en Turquía. Los soviéticos ‎respondieron instalando misiles en Cuba, a 90 millas de las costas de Estados Unidos. ‎La administración Kennedy descubrió in extremis la situacion de amenaza que el Pentágono ‎había creado para Estados Unidos. ‎El jefe del Estado Mayor conjunto estadounidense, el general Lyman Lemnitzer, era ‎virulentamente antisoviético y quería desatar una guerra nuclear. Felizmente, el general Mark ‎Milley, quien ocupa actualmente ese cargo, es más inteligente y mantiene relaciones respetuosas ‎con los militares rusos. ‎

Thierry Meyssan

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