ENTRE "SANTO" Y "SANTO", HAY OTRO, AÚN "BEATO", EN CIERNES

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ENTRE "SANTO" Y "SANTO", HAY OTRO,

AÚN "BEATO", EN CIERNES

          Prisa, pero que mucha prisa se dio (¿o le dieron?) el "Papa" Jorge Mario Bergoglio, "Francisco" (de nombre tan imperial como los de "Francisco I" de "Francia, -de 1.494 a 1.547-, y/o de "Francisco José I" de "Austria", -de 1.830 a 1.916-), primer argentino como "Papa", haciendo el n° 266, y para canonizar primeramente a Karol Józef Wojtyla, "Juan Pablo II" (el 264°), el 27 de abril 2.014.

       Démosle tiempo como para también beatificar y después canonizar al "Papa" n° 265, a su predecesor y nazi en su juventud, a Aloisius Ratzinger, "Benedicto XI".

       En cambio, no fue tanta la prisa mostrada para hacerlo con Giovanni Battista Enrico Antonio Maria Montini*, "Pablo VI" (el 262°) y con Giuseppe Roncalli, "Juan XXIII" (el 261°), concretamente el 14 de octubre de 2.018.

       (*) Como curiosidad histórica para un nabarro como el que subscribe, decir cómo el "Papa" tocayo y predecesor en el ordinal del nombre, léase Camilo Borghese (apellido que, por cierto, recuerda a "La Cosa Nostra"), "Pablo V" fue el principal instigador del magnicidio contra "Enrique III" de Nafarroa (1.572-1.610) y "Enrique IV" de "Francia" (1.589-1.610), así como copríncipe de Andorra (fue el primero en la dinastía Borbon), digo contra "Enrique el Grande" o el también llamado "El Buen Rey", a su vez hijo de Juana de Albret, reina de Nafarroa, y del duc de Borbon et de Vendôme, Antoine de Borbon.

       En esa especie de bocadillo entre los dos "papas" (el 262° y el 264°) canonizados arriba citados, parece que quedará, tal y cual lechuga entre dos coles, aunque primeramente como "beato", Albino Luciani, "Juan Pablo I" (el 263°), el "papa" fallecido vs hecho fallecer (¿acaso por envenenamiento, -tal y como les sucediera al sajón Bruno de Carintia, "Gregorio V", el 138° y del 996 al 999 y al valenciano Roderic Llançol i de Borja, "Alejandro VI", el 214° y del 1.492 al 1.503-?, de quien el médico que le atendió, Renato Buzzonetti, tras ordenársele que no se le hiciera autopsia alguna, concluyó por diagnosticó de la muerte el de un infarto agudo de miocardio, -empero, una presunta autopsia "extra-oficial" dijo que la muerte, por otra parte, tan inesperada, fue ocasionada por una inverosímil vasodialatación arterio-venosa (sic)-, como tras solo 33 días de pontificado, concretamente el 28 de septiembre de 1.978, lo que aconteció según las "malas lenguas" por asesinato vaticano y según las oficiales, que no necesariamente las buenas, por una presunta cardiopatía isquémica (no entraremos en posibles causas de muerte súbita, -de la cual, por cierto, ni "Juan Pablo II", ni "Benedicto XVI", ni "Francisco" jamás dieron explicación alguna-, y entre las que, obviamente, caben las causadas por manos, digo por mentes ajenas…).

       Albino Luciani, como "papa" "Juan Pablo I" nació el 17 de octubre de 1.912, por lo que falleció a 19 días o escasas 3 semanas de cumplir los 66 años de edad, previsiblemente será beatificado en el año 2.022 por el actual "Papa", -otrora también confesor del Comandante en Jefe de la Armada de la Argentina "del" asesino golpista Jorge Rafael Videla, ergo del almirante Emilio Eduardo Massera-, por el "Papa" "Francisco".

       Ahora, como vamos a hablar de "milagros", nos vemos en la necesidad de definirlos.

       La palabra milagro, antiguamente miraglo, encuentra su origen en el latín miraculum, palabra derivada del verbo mirari, que significa «admirarse» o «contemplar con admiración, con asombro o con estupefacción».

       "Milagro" es definido, y no propongo cita de la "RAE" sino de "Oxford Languages", como "un suceso extraordinario y maravilloso que no puede explicarse por las leyes regulares de la naturaleza y que se atribuye a la intervención de Dios o de un ser sobrenatural". Citando como tales a, por ejemplo, "los milagros de Lourdes" (sic).

       En la teología cristiana, se llama milagro a un suceso a la vez sensible y trascendente que se produce con intervención divina y que forma parte asimismo de una revelación. Empero, más allá de "revelaciones" (no entraremos en si tratamos de sueños, de ensoñaciones o incluso de puras y duras, digo patológicas alucinaciones), seguimos sin ver dónde aparece bien "divinidad" o carácter "sobrenatural" "papal" algunos.

       También debemos recordar, y ahora, para evitar sospechas de parcialidad, citando a "La Bibla", cómo los vocablos hebreo y griego para “santidad” transmiten la idea de puro o limpio en sentido religioso, apartado de la corrupción…Ergo "sant@" (del latín sanctus, del griego ἁγίος hagíos y del hebreo qadoš "elegido por Dios" o bien "diferenciado", "distinguido") es quien, entre otras cosas, no es corrupt@ (tampoco toca en este texto siquiera resumir, no la "mera" corrupción eclesiástica católica, sino los crímenes de toda índole acometidos y cometidos en los dos últimos milenios) y ha sido "elegido", "diferenciado" o "distinguido" por "Dios" (sic).

       El adjetivo beato viene del latín <beatus>, "colmado de bienes, rico" y luego "feliz", viene de un verbo latino muy poco usual <beare>, "enriquecer, hacer feliz", de un origen etimológico muy oscuro.

       En la Iglesia católica, un beato (abreviado como B. o Bto.) es un difunto cuyas virtudes han sido previamente certificadas por el papa y puede ser honrado con culto.

       El término beato, que significa feliz (del latín beatus), o bienaventurado en sentido más amplio, aludiendo a la creencia de que esa persona está ya gozando del Paraíso. La consideración de beato constituye el tercer paso en el camino de la canonización. El primero es "siervo de Dios"; el segundo, "venerable"; el tercero, "beato"; y el cuarto, "santo".

       Para "la causa de los santos" (a ver cuando añaden a dicho enunciado la de las "santas"...), ergo para la canonización, con previa beatificación, dicen es preciso, como mérito sine qua non, la "demostración" de haber sido partícipe directo de al menos un "milagro".

 

       Ahora nos cuentan cómo, en Entre Ríos (Argentina), la niña Candela Giarda, de tan solo 10 años de edad y, según nos cuentan, estando en situación vegetativa derivada del síndrome epiléptico por infección febril (FIRES; mas no de filtros, repuestos y servicios…, sino de Febrile Infection Related Epilepsy Syndrome), resultó "milagrosamente" (¡por favor!, necesito que me presenten al cuadro de facultativ@s que la seguía y finalmente la desahució…). Naturalmente, tampoco entraremos en esta entidad nosológica con encefalopatía a veces fatal, y cuya incidencia viene a ser de 1/100.000 habitantes, particularmente en niñ@s y en adolescentes.

       Pero, vayamos a lo de "la causa de los santos", digo a la "Congregación para las Causas de los Santos", -una de las 9 de la Curia Romana-, y veamos cómo la misma fue creada el 8 de mayo de 1.969 por "Pablo VI", tras dividir la originaria "Congregación de los Ritos" (creada ésta por el "Papa" 227° Felice Peretti, "Sixto V", el 22 de enero de 1.588), escindiéndola en la "Congregación de las Causas de los Santos" y en la "Sagrada Congregación del Culto Divino". Aquella "Congregación", obviamente, es la encargada de afrentar, digo hacer afrenta al "Santo", este sí, sentido común, y no solo a l@s anticlericales y siempre sospechos@s "hij@s de la viuda", digo a la oscura e intrigante masonería, sino sobre todo, y por claro, mas en absoluto "clarividente", al en absoluto oscurantista ateísmo.

       Y es que desde el presunto fundador del "cristianismo", digo desde el cilicio "San" Pablo/Saulo de Tarso (hoy de la provincia mediterránea de Mersin, en "Turquía") todo ha venido siendo dislate tras dislate, por cierto, particularmente anti-semita durante los últimos camino de dos milenios; pero, sobre eso tampoco corresponde abundar ahora.

       Para "sant@s", l@s mártires psico-físic@s, tanto socio-culturales, como socio-económic@s y particularmente socio-polític@s de "La puta de Babilonia" (Fernando Vallejo, el colombiano, dixit, digo scripsit), léase de la secta de sectas* (todas tildadas de heréticas,-herejía, del griego <airesis>, decisión u opción de separación en el dogma-, entre ellas), a cual más peligrosa, de la "Iglesia Católica, Apostólica y Romana.

       (*) Tal y como dijo François-Marie Arouet, "Voltaire", "Apenas terminaron de predicar a Cristo, se acusaron mutuamente de Anticristos [...] y como es natural, en todas estas disputas teológicas no había nada que no estuviese construido sobre el absurdo y el engaño".

       Y para "milagro" el de hacer, y de una "santa" vez, que forme parte del bagaje de la corteza cerebral pre-rolándica humana aquello de que "La religión es el opio del pueblo" (Karl Marx).

       Parece más que evidente que el proceso canonizador conlleva y culmina con el autoperdón de la propia "Iglesia Católica, Apostólica y Romana", representada fundamentalmente en el "papado", empezando por el "Papa" italiano pisano Lino de Volterra (sucesor de "Pedro" el pescador, y del 67 al 76 d. "C") hasta el actual y vigente embaucador argentino, con nombre profesional "Francisco", nacido en Flores-Buenos Aires. ¡Acabáramos!

 

¡Ni "sant@s", ni "beat@s";

pero, menos aún, tanta pompa y tanto boato!

ELIZA KATOLIKA, APURTU!

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