Intervención de un miembro de Herritar Batasuna en http://www.97irratia.info

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Intervención de un miembro de Herritar Batasuna en http://www.97irratia.info

          En el comunicado  que  hicimos  público  sobre  el  Aberri  Eguna  de  este  2021, denunciábamos que Euskal Herria es una nación que se encuentra dividida y ocupada militarmente. Los  dos  Estados  burgueses  que,  a  día  de  hoy,  siguen  oprimiendo  al Pueblo Trabajador Vasco, esto es, Francia y España, nos mantienen separadas en tres pedazos a las ciudadanas vascas. Y ello, gracias a la ayuda prestada, de un lado por los colaboracionistas demócratacristianos de la burguesía vasco-española del PNV, y,de otro, por los socialdemócratas autonomistas de la pequeña burguesía de EHBildu.

         En esta Europa capitalista e imperialista del siglo XXI, las burguesías de las naciones oprimidas son incapaces de lograr la independencia. La lucha por la independencia de una  nación  oprimida  exige,  como  condición  “sine  qua  non”, unos  determinados enfrentamientos sociales y confrontamientos políticos muy duros. En ese camino, la lucha  de  clases  se  agudiza,  convirtiéndose  en  el  motor  de  la  lucha  de  liberación nacional, a la vez que en una rebelión contra todo el sistema capitalista.

        El caso reciente de Catalunya es, para bien, o para mal, el ejemplo paradigmático de lo  que  afirmamos:  ante  el  nivel  de  lucha  que  exige  la  culminación  de  un  proceso independentista, al final la burguesía se acobarda y reniega, tal como han hecho JxC y ERC.

        Creemos  que  tanto  para  Euskal  Herria  como  para  Catalunya,  un  proceso independentista lleva implícita una Revolución Socialista de su Clase Trabajadora. En el momento en que se abandona la estrategia de la Revolución Socialista, esa que de forma tan nítida quedó definida en la V y VI Asambleas de ETA, es entonces cuando se abandona para siempre la lucha por la Independencia.  Algo que, en nuestro caso, hemos podido certificar de manera inequívoca tras la deriva  política  vergonzosa  de estas últimas décadas de la llamada Izquierda Abertzale.  Una deriva, probablemente fruto de una estrategia diseñada y planificada años atrás por sus sectores reformistas y socialdemócratas,  y  que  hoy  podemos  comprobar  mediante  numerosos  actitudes comportamientos  en su actividad política diaria. Bastaría con escuchar, por poner un ejemplo,  las últimas declaraciones  de  su  líder  supremo,  Arnaldo  Otegi,  en  relación con la orientación ideológica de una parte de la Policía atonómica vasco-española. A lo  que  nosotras le  preguntamos:  ¿Acaso  también  hay votantes y/o  simpatizantes de EHBildu,  de  entre  los  ertzainas  que  reprimen  y  apalean  las  protestas  de  jóvenes, estudiantes y  obreras?  ¿Acaso  duelen menos los porrazos de  esos ertzainas que  los del resto?

        En definitiva, la Independencia y el Socialismo son  inseparables en nuestro proceso revolucionario de liberación nacional y social. Se trata de una ecuación en la que la primera  únicamente  puede  alcanzarse  de  la  mano  del  segundo:  la  lucha  por  el Socialismo  es  el  primer  paso  en  el  camino  hacia  la  libertad  del  Pueblo  Trabajador Vasco y, por ende, a su Independencia Nacional.

        En  otro  orden  de  cosas,  y  tras  más  de  un  año  de  la  declaración  de  la  pandemia, además de reafirmarnos en la idea de que  ésta forma parte del intento, por parte del imperialismo yankee-sionista, de implantar un NUEVO ORDEN MUNDIAL manu militari  en todo el planeta,   queremos igualmente destacar la centralidad y carácter fundamental  de  la  lucha  de  clases también  en  esta  cuestión.  Esto  es,  la  despiadada ofensiva que la burguesía, con la cobertura de la pandemia, ha desencadenado contra la  clase  obrera  en  todo  el  mundo para,  de  un  lado,  aumentar  sus  mecanismos  de control,  disciplina  y  adoctrinamiento  de  la  población:  desde  todas  las  medidas restrictivas  de  caracter  militar,  toque  de  queda  inclusive,  hasta  las  omnipresentes campañas  de  vacunación,  al  tiempo  que  contrarresta  y  reprime  las  luchas  de  las trabajadoras en defensa de sus puestos de trabajo, como las de Aernnova, o Tubacex, por  poner  dos  ejemplos  destacados  aquí  en  Euskal  Herria.  Y,  de  otro  lado,  con  el propósito  de aumentar  las  ganancias  multimillonarias  de  sus multinacionales farmacéuticas,  auténticos  grupos  mafiosos  que  acaban  imponiendo  sus  intereses económicos  a  los  de  la  salud  pública  mundial,  hasta  el  punto  de incumplir  los contratos  de  suministro  firmados  con  la  U.E.,  e  incluso  a  exigir  la  exoneración  de responsabilidad  en  caso  de  producirse  efectos  secundarios  graves  a  causa  de  la inoculación de sus vacunas.

        Al respecto, los medios de difusión al servicio de los intereses del capital, a día de hoy siguen machacándonos con el monotema de la COVID, mientras que relegan a un  segundo  plano,  cuando  no  las  ocultan  deliberadamente,  las  dramáticas consecuencias derivadas de aquélla y que afectan sobre todo a la clase trabajadora: los miles de ERTEs y despidos en numerosas empresas, el aumento alarmante de la precariedad laboral y de la población en situación de pobreza y exclusión social, el agravamiento  de  la  ya  de  por  sí  mala  situación  de  la  salud  pública,  a  causa  de  los continuos recortes aplicados con anterioridad, etc.

        En este contexto,  precisamente,  el sábado  próximo, día  1 de  mayo,  se  celebrará el Día  de  la  Clase  Obrera  Internacional. Como  ya  hemos  comentado  antes,  la burguesia  intenta  constantemente  condicionar  y  debilitar  las  luchas  de  las trabajadoras, y para ello cuenta con la ayuda inestimable de los sindicatos reformistas que han  ido  desfigurando y degradando  el 1º de Mayo,  hasta acabar por reducirlo  a una  procesión  pacífica anual.  Unido   a  ello, nos encontramos con  una  clase  obrera vasca,  en  general,  bastante  alienada,  con  una  conciencia  de  clase  debilitada,  y  que todavía sigue creyéndose las ilusiones ofrecidas por los partidos políticos reformistas y autonomistas, ya que han sido los más votados por las trabajadoras. Lo cual nos da muestra de hasta qué punto ha interiorizado las reglas de funcionamiento del sistema capitalista. 

        En Herritar Batasuna creemos que es hora ya de que el 1 de mayo sea el día de lucha de  las  trabajadoras,  de  las  obreras.  Más  allá  de  las  luchas  puntuales,  de  las reivindicaciones de mejoras laborales parciales y limitadas, el 1 de Mayo debe volver a  ser  un  día  de  lucha  contra  la  burguesía,  el  capitalismo  y  el  imperialismo.  Y para ello,  es  preciso  volver  a  despertar  la  auténtica  conciencia  y   unidad de clase del proletariado.  Sólo  así  podremos  alcanzar  a  su  vez  la  necesaria  independencia política y organizativa de clase para  acabar  con  el  poder  hegemónico  de  la burguesía.  Y  sólo  así  estaría  garantizado  el  éxito  de  un  Proceso  Revolucionario Socialista,  única  solución  a  la  barbarie  y  el  caos   que  representa  el  Capitalismo Imperialista.

Intervención de representante de Herritar Batasuna en http://www.97irratia.info

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